Dos huevos duros
Dos huevos duros
Un hombre miraba al espejo intentando identificar el color del cristal. Miró demasiado cerca y se volvió astigmático. Se puso gafas, volvió a mirar y las gafas se le rompieron. Tras vente años de mirar al cristal se le salieron los ojos de sus orbitas y cayeron al suelo como si fueran dos huevos duros.
El clandestino vagabundo
El clandestino vagabundo
El uno era alegre, feliz y amable mientras que el dos era frío, triste y poco servicial.
Un día el uno y el dos paseaban por la calle y se encontraron a un vagabundo, en el que el uno vio un clandestino pobre, y el dos vio un clandestino timador.
pseudónimo: puncer
(1º Bach. D)
miércoles, 16 de abril de 2008
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1 comentario:
Jajajaja! Pol son muy originales tus microrrelatos. Realmente has encontrado algo totalmente abstracto pero de tu tema.
Me han gustado bastamte.
Pep Pau Soriano.
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